Un documental sórdido sobre la rehabilitación de los animales

Un documental sórdido sobre la rehabilitación de los animales

From The Wild Sea (Robin Petré, 2021)

La relación entre el ser humano y los animales ha explorado en multitud de filmes las consecuencias de la devastadora presencia del ser humano en el planeta. Algunas obras han tratado el tema de los zoológicos y su relación con sus cuidadores, a la par que han desmitificado el aspecto proteccionista y conservador de estos lugares.

From The Wild Sea, sigue un poco el trascurso de este tipo de documental, pero busca una perspectiva diferente al enfocarse en los centros de rehabilitación de animales, con un montaje en paralelo que alterna distintos lugares y que apuesta y se atreve a probar con una línea temporal cíclica. Su tratamiento es el de una propuesta sórdida, típica de un thriller más que de un documental sobre animales.

El maltrato y las condiciones de estos se vislumbran con planos fijos, en muchas ocasiones con encuadres muy cerrados –primeros planos o planos detalles– que, al descontextualizar y aportar información con el fuera de campo, hace que se convierta en una propuesta con cierto tinte oscuro. Su fotografía, que en principio debería de ser aburrida por la longitud temporal de sus planos, es lo suficientemente atractiva para hacer que el documental sea lo suficientemente atractivo y que no resulte nada aburrido, pese a su exacerbada apatía por los movimientos. Posiblemente, la belleza real de los planos esté en la sordidez de captar a los animales en sus habitáculos, tan cerrados y al mismo tiempo tan intimistas con el espectador, pero tan cautivadores por la penetrante mirada de unos animales que sufren a diario.

Entendemos, pues, el sufrimiento animal, pero también el de sus cuidadores cada vez que los animales enferman o cuando tienen que volver a practicar una necropsia por un animal varado. Lo más interesante es que Robin Petré consigue esto sin posicionarse demasiado, le basta con grabar con cierta distancia y que sucedan cosas.

Y el resultado final hace que el documental sea una propuesta efectiva, que cautiva más con lo que no muestra que con lo que muestra, que te hace empatizar mucho más con su violencia implícita que muchas de los filmes que apuestan por contenidos más explícitos.

En su juego por mostrarnos el desagradable mundo por el que pasan los animales en sus cautiverios mientras los curan para hacerlos readaptables al ecosistema, también nos muestra la hipocresía de un ser humano que parece que lo único que le atrae es la posibilidad de poder ver animales, convirtiendo los varamientos y las sueltas en espectáculos mediáticos sin más importancia que saciar su curiosidad visual.

-Santi Lecuona