10 Jun Nuestra selección de cortometrajes para FICMEC Oceans
La selección de cortometrajes de esta primera edición de FICMEC Oceans no puede ser más acertada. Nos trae tres propuestas tan unidas por su nexo con el mar como separadas por su estética, su lenguaje y, también, por la especificidad de su tema.
O Son Da Balea, nos devuelve a través de la ficción a un lugar perdido, casi místico, donde los encontronazos con el pasado van a ser la constante para su protagonista que, en lugar de huir de este, decide acercarse peligrosamente. Así pues, el resultado final es una clara apuesta por retratar un mundo que no echa de menos a los balleneros, así como reflejar la importancia que tuvo esta industria hasta su prohibición legal (como podremos comprobar en algún largometraje de FICMEC Oceans, esto tampoco es algo clave para que desaparezca su caza).
Del estilo más cercano del filme gallego pasamos a Memory, una apuesta con aires más vanguardistas. Un pequeño poema que navega entre el documental y la ficción con un claro deseo de representar las consecuencias del cambio climático, de la desertización del planeta y de la consecuente muerte de los océanos. Un cuento alegórico sobre un pez –que concede deseos como si fuera un genio mágico– abre el metraje para darnos una clara moraleja sobre nuestra avaricia como seres humanos. Todo el contenido se resalta por su forma, que juega con el formato cuadrado y el panorámico, así como con la colocación de los personajes en un segundo plano, con el horizonte en medio, para dar una cierta sensación de irrealidad y para diferenciar dos mundos que parecen incongruentes entre sí.
Finalmente, Daida Back To The Ocean, narra la historia de la dieciocho veces campeona del mundo en windsurf, Daida Ruano. La deportista, acostumbrada a vivir una vida entre olas que la hacen sentirse tan libre como un pez en el agua, sufre las malogradas consecuencias de un cáncer de ovarios que la obliga a apartarse de la competición deportiva, reservando lo que antes era casi toda su vida, el windsurf, a un pequeño espacio de su vida que le sirve como escape a la realidad. Volvemos con un documental muy guionizado, pero que tiene un lenguaje mucho más cercano, sencillo y atractivo para el espectador, haciendo que el drama que sufre Daida nos cale tan hondo como a ella misma.
-Santi Lecuona