26 May Ficción pedagógica
Estamos acostumbrados a que sea el cine documental el que ponga ante nuestros ojos la denuncia de la realidad más cruda. Si queremos no pensar, para eso tenemos el cine de ficción, el de fantasía, el de aventuras. Pero no todo el mundo piensa así: no lo hacen, por ejemplo, los programadores de FICMEC, un festival de cine medioambiental que incluye en su oferta un buen ramillete de películas de ficción que pueden tocar algunas conciencias.
Tampoco piensa así Javier Angulo, presidente del jurado de la presente edición de FICMEC y director de uno de los festivales de cine más prestigiosos de Europa, la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). Procedente del mundo del periodismo pero entregado a la causa del cine desde hace varias décadas, la presencia de Angulo en el certamen de Garachico obedece a que no ha pasado desapercibido en los ámbitos cinematográficos el especial interés que el periodista vasco ha puesto en la sensibilización medioambiental a través del festival vallisoletano.
Desde hace varias ediciones, la Seminci celebra lo que han dado en llamar «Día del cine y del cambio climático», una jornada –este año serán dos– en la que Angulo se ha propuesto analizar qué es lo que está haciendo el mundo del cine por la lucha contra el cambio climático. Y, al parecer, no es mucho: se hace de puntillas, de refilón y con paternalismo, según el director de Seminci, que en estos días pasea por Garachico sin la presión de saberse la cabeza visible de este encuentro internacional.
En sus conversaciones de estos días aquí en Tenerife, Angulo insiste en la idea de que el cine de ficción puede ser tremendamente eficaz a la hora de concienciar a los espectadores sobre la necesidad de proteger de nosotros mismos nuestro pequeño y frágil planeta. Y, dentro del engranaje del cine, son los guionistas –que son quienes inventan esas ficciones– los primeros que deberían introducir el factor pedagógico en sus creaciones.
Garachico, por supuesto, comparte este punto de vista, y por eso en FICMEC no solamente vemos documentales, sino también películas de ficción como Bajo la piel del lobo, de Samu Fuentes; Ex-Shaman, de Luiz Bolognesi, y muchas otras. Vale la pena verlas. Vengan a Garachico.
Ramón Alemán
Foto Luz Sosa