La guerra antes de la guerra

La guerra antes de la guerra

Tales Of A Toy Horse (Ulyana Osovksa & Denis Strashny, 2021)

Anatoli es un viejo monje artista que fabrica juguetes siguiendo las tradiciones de varios pueblos europeos. También fabrica libros con materiales reciclados y luego los escribe con una perfecta caligrafía. Desarrolla el altruismo, buscando a los damnificados del conflicto de Donetsk y aportándoles ayuda médica, dinero o, simplemente, una pequeña escucha con asesoramiento espiritual. Anatoli  recuerda a los monjes de una abadía medieval, ya no solo por su estilo de vida, sino por los lugares que habita. Lugares que, sin necesidad de hacer un análisis muy conciso, contrastan enormemente con el “frente de línea” –estableciendo también una distancia entre la paz de Estonia y la guerra en Ucrania–.

Tales Of A Toy Horse es también una apuesta hasta cierto punto poética, donde un caballo de juguete se convierte en el símbolo de los voluntarios y de los damnificados. El caballo es un elemento de desahogo –como el cliché de los psicólogos al hacer que el paciente se desahogue con un ser inanimado– buscando aquellos relatos que aporten cierta amabilidad sobre el conflicto con una perspectiva de “actitud positiva hacia la naturaleza”.

La subtrama del caballo de juguete –de carácter fantástico– está bien plasmada en las cortas animaciones que aparecen durante el metraje. La primera de ellas da inicio al documental, donde podemos ver un caballo –que no es de juguete– que ayuda a arar la tierra, a tocar una campana, a transportar a un muerto o a llevar a unos recién casados. Luego el caballo, tras mostrarse como un bien útil, necesario y domesticado para la humanidad se objetualiza haciéndose de madera, pasando a ser la representación de un ser casi mitificado. Pasa a ser una simple representación de lo anteriormente visto, transformándose así en un símbolo del deseo, de la fantasía y del escape de la realidad, hecho que se recalca todavía más con la antítesis de un mundo natural que es sustituido por el mundo del hormigón y el humo.

Por eso el caballo acompaña todo el tiempo a Anatoli, porque es un símbolo de esperanza, un símbolo para recordar que alguna vez vivimos en paz. También alude a la niñez al tratarse de un juguete y es que, si lo examinamos bien, todo empieza con un bombardeo y con una niña lastimándose porque su caballo de madera ha sido destruido: la importancia de elementos que pueden parecernos banales en un contexto de auténtica hostilidad.

El documental ucraniano también nos recuerda constantemente el importante papel que juegan los animales, recalcando la importancia de mantener lo mejor posible nuestros ecosistemas. Así pues, las historias del caballo de madera están relacionadas con relatos que cuentan las personas sobre algunos animales; asimismo el monje convierte la basura en libros y la fotografía recalca la polución excesiva de unas ciudades ausentes de medios naturales.

Tales Of A Toy Horse es una road movie que nos traslada por el frente de guerra para mostrarnos la dura realidad de los damnificados y la escasez de medios que posee la ciudad de Donetsk para contrarrestar los ataques y curar a sus heridos. Tan igual, ese caballo de madera que viaje al frente de línea acompañándonos durante todo el camino es algo más que un simple objeto para los damnificados, tan igual es una forma de sentirse “curados con la amabilidad” al no tener ni siquiera la más básica herramienta médica.

– Santi Lecuona