26 May Oppenheimer: ‘Rodar Fireball fue como si estuviera al borde de un acantilado, pero siempre me tenía en pie’
El vulcanólogo y director del largometraje que se exhibirá este jueves 27 de mayo a las 17.00 horas en Garachico está encantado de volver a Vulcanalia
Clive Oppenheimer, vulcanólogo de la universidad de Cambridge y director de ‘Fireball: visitantes de mundos oscuros’, vuelve Garachico con su nueva película. De la mano del consolidado ci-neasta, Werner Herzog, el dúo ha realizado esta segunda producción de una manera vertiginosa y con poco tiempo para el rodaje. El vulcanólogo británico repite la experiencia en FICMEC. En 2017, se fue maravillado de la Villa y Puerto y tiene la sensación de que la experiencia volverá a ser maravillosa.
– ¿Cómo surge Fireball: visitantes de mundos oscuros?
La idea de la película surgió un año después de grabar ‘Into the inferno’. Estaba de visita en Co-rea del Sur e hice una visita muy breve al instituto de investigación polar de Corea. Fui allí porque yo trabajo investigando volcanes en la Antártida y me hicieron un recorrido por el instituto y pa-ramos en la sección de meteoritos. Primero me asombré visualmente, tienen muchos especíme-nes, la mayoría de los meteoritos se encontraron científicamente en la Antártida y tenían todos estos meteoritos.
Estaba hablando con el especialista un poco sobre ellos y me di cuenta de la apariencia visual de esto y pensé: esto es una historia obvia para contar porque no se trata solo de la ciencia, no se trata solo de las piedras. Sabía que cuando miré estas rocas y la veneración científica, estaba pensando en La Meca, donde una de las reliquias más sagradas del Islam es probablemente un meteorito en la pared, una piedra negra en la pared de la Kaaba.
Estaba muy emocionado por esto hice una pequeña filmación con el experto en meteoritos y cuando regresé a Inglaterra en una o dos semanas había escrito una sinopsis bastante detallada y ya estaba pensando dónde podríamos filmar. Así es como empezó y luego nos llevó un par de años o un año y medio en empezar la producción después de la recaudación de fondos.
– Fireball lleva al público a Arabia Saudita, a Oslo, a la Hawai, a la India, a la Antártida, ¿cómo ha sido su experiencia grabando en diferentes culturas?
El rodaje fue un trabajo muy duro. Mencionamos todos estos lugares que filmamos y lo hicimos en un espacio de tiempo bastante corto. Comenzamos en Washington DC, luego estuvimos en Princeton, en Arizona, en Hawai en el oeste de Australia y luego en las islas del estrecho de Tor-res.
Esa fue la experiencia, me sentí un poco como si me estuviera cayendo por un acantilado, pero en el último momento me mantenía de pie. Al mismo tiempo fue emocionante hacer una película y tener todo en tu cabeza mientras estás reuniendo el material, las conversaciones… Es muy ab-sorbente. Tuvimos mucha camaradería ya que nuestro equipo fue el mismo que el de ‘Into the inferno’.
– Como vulcanólogo, ¿qué opina de que su película sea proyectada en un pueblo como Garachico, nacido de la lava?
Vine aquí hace cuatro años, sé lo que es esa experiencia de llevar la película a Garachico a Fic-mec y Vulcanalia. Me encantó cada minuto, simplemente el ambiente fue maravilloso, la audiencia fue maravillosa, el personal fue maravilloso, el entorno tanto al aire libre como en el antiguo con-vento, fue una experiencia mágica.
Disfruté mucho la proyección, luego tuve muchas conversaciones con el público y es lo que me he perdido de ‘Fireball’, ya que no lo he presentado. Se ha proyectado virtualmente aquí y allá, pero no he estado en ninguna presentación física. No tienes idea de cuál es la reacción de la au-diencia, no hay comentarios, por lo que esto es muy especial. Además, en la última vez que es-tuve también me gustó cómo involucran a los estudiantes y el tema del patrimonio geográfico. Había otros cineastas que me parecieron interesantes. Es maravilloso estar de regreso.
– La situación ha afectado gravemente a la profesión cinematográfica. Con su experiencia, ¿cómo animaría a alguien que se está iniciando?
Llegué a esta profesión desde una manera inusual, así que diré una cosa: no hay que sentir que se tiene que ir a una escuela de cine. Creo que realmente se trata de las ideas o la historia que quieras contar y la forma en que quieras contarla y, por supuesto, es difícil hacer una película que nadie haya visto o discutido antes sobre ese tema. Sobre volcanes hay infinidad de docu-mentales, y sobre meteoritos… así que se trata de traer algo diferente, de cómo quieres contar la historia. Diría que, como no tengo experiencia en bellas artes, ni en cine, puedo hacer las co-sas de manera incorrecta, pero son diferentes.
Creo que trabajando con Werner estoy trabajando con alguien con mucha experiencia, pero creo que entre nosotros estamos creando un nuevo género de películas o documentales científicos. Mi consejo es adquirir experiencia. Yo aceptaba cualquier oportunidad que tenía como vulcanó-logo para contribuir a una película de National Geographic, por ejemplo.
Además, creo que hay muchos paralelismos en el cine: si quieres hacer algo bien como académi-co, haz tu investigación, leyendo por ejemplo. No puedes simplemente ir y hacer algunos estu-dios sin saber lo que la gente ya ha hecho y es lo mismo con el cine. Realmente con las películas siento que si tienes la oportunidad de hacerlas, lo haces lo mejor que puedas en el tiempo que tienes disponible, lo que significa invertir todos tus recursos en ella.